Hace unos 10 años, una amiga me dijo, muerta de la risa "es que tu no naciste... a ti te dibujaron!" No recuerdo la situación exacta, pero seguro debe haber sido por alguna tontera que hice o que dije en el momento (nota del autor: hago muchas tonteras, sólo por el placer de hacerlas... soy un pelacables asumido). La cosa es que me quedó grabado su comentario... creo que es, lejos, la expresión que más me define... Es obvio que no califica como piropo, pero me hizo sentir bien.
Yo tengo un conexión bastante fuerte con los monos animados... me gustan, los disfruto, y no lo niego ni lo escondo... me cago de la risa o me maravillo de lo lindo... y claro, lo que podría haber sonado a inmadurez hace unos años, ahora es bastante normal; la oferta se ha diversificado bastante, las temáticas cambian y el formato es aprovechado para decir "otras cosas". No voy a dar ejemplos, porque creo que se entiende la idea.
Mi cuento va por otro lado. Siento una admiración enorme por la animación en general, como forma de expresión, como formato...creo que nunca ha dejado de sorprenderme cómo un mono, un vulgar garabato dibujado en un papel, pasa a cobrar vida... formas, colores, movimientos... cómo hacer tanto con tan poco, con algo tan simple... o que parece simple, porque ahí está el truco... implica mucho trabajo, dedicación y una cuota enorme de talento, y amor por lo que se hace. No se puede de otra forma.
Le he tomado cariño a una infinidad de personajes, y siento el más profundo respeto por aquellos que hacen posible que existan, por aquellos que dan vida a rayas en un papel o a objetos inertes, los animadores... es por eso que me molesta que muchas veces la animación sea considerada como una expresión menor, como algo "para cabros chicos"... los que dicen eso son gente que no sabe todo el trabajo que implica hacer un proyecto de esta naturaleza, por muy charcha que sea (es necesario aclarar: así como hay piezas y series espectaculares, de gran complejidad visual e interesante guión, hay otras muy malas, hechas por encargo o a la rápida... pasa como en las películas... hay unas geniales, trabajadas por largo tiempo y de gran producción y otras hechas con el vuelto, y por un guionista en práctica...) De hecho, me acuerdo que cuando chico, mi sueño era trabajar en Disney y ser animador... pasarme el día entero dibujando, pelando el cable, haciéndole caritas a un espejo para captar alguna expresión, etc... y a veces me pregunto por qué cresta no insistí con ello...
Me emociona sobremanera todo aquello que implique trabajo manual, esfuerzo con objetos reales, tangibles... animación tradicional, stop motion, maquetas a escala, títeres (grande Los Muppets!)... no es que esté en contra de los modernas CGI, la animación 3D y todo eso, pero lo encuentro como "plástico", artificial, poco humano... es raro, no puedo describirlo bien... a pesar de que cada vez los softwares permiten avances más sorprendentes en esta área, y que las películas 3D son más populares que nunca, alcanzando niveles de complejidad increíbles, y que cada vez mejoran los movimientos, expresiones, texturas (me encanta todo lo que hace Pixar... pero todo!... mi sueño ahora es llegar a tener una pega, aunque sea limpiando el wáter, en Pixar, a ver si se me pega algo de genialidad...), me agrada encontrar una maqueta bien hecha escondida en alguna escena de una película o darme cuenta que aún existen nostágicos (si es que se les puede llamar así) que insisten en darle una oportunidad al stop motion, y se arriesgan a hacer una película, aún sabiendo que van a tener que trabajar por una semana para animar 1 segundo. Por eso celebro que haya llegado "Wallace y Gromit" y que desde hoy podamos ver "Corpse Bride" del maestro de maestros, Tim Burton... de más está decir que voy fijo a la segunda (o sea, Burton + Elfman x stop motion = perfección, la ecuación es clara).
Son los gustos raros que tengo... es parte de lo que me hace freak y bizarro...
Nota: Para los que gusten del tema, hay un libro extraordianario y maravilloso al respecto, que una vez tuve la suerte de hojear... Se llama "Disney Animation: The Illusion of Life", escrito por Frank Thomas (éjaleeeee, tío... ja ja ja ja... lamentablemente, no hay parentezco...sino estaría escribiendo desde Burbank o algo así) y Ollie Johnston, animadores de toda la vida de la factoría del ratón Mickey, en el que cuentan todos los procesos por los cuales tuvieron que pasar para la creación de personajes clásicos y secuencias inolvidables, desde las primeras películas hasta las realizadas en los años 60, la era de oro de Disney... es una joya de libro!
Y claro, para hacer el homenaje completo, durante estos días me transformo una vez más y me identifico con Victor, el aproblemado novio de "Corpse Bride"... no podía ser de otra forma!