martes, febrero 19, 2019

Unfrozen Caveman Lawyer

El Unfrozen Caveman Lawyer es un personaje clásico de un sketch del “Saturday Night Live” de principios de los 90s. Como su nombre indica, trata acerca de un cavernícola - magistralmente interpretado por el difunto Phil Hartman - que es descongelado en la época actual y trabaja como abogado defensor (el que representa a sus clientes en la corte). En los juicios, cuando debe exponer y presentar los casos justifica que no entiende muchas cosas de la vida moderna, porque “es sólo un cavernícola”.



¿Qué tengo que ver con este personaje? Pues que desde hace un tiempo me siento como si yo fuera el Unfrozen Caveman Lawyer. Llevo casi un mes trabajando en una agencia de comunicación digital, y como nunca, me ha costado “enganchar”: no tengo amigos, ni compañeros cercanos y tampoco he participado en actividades grupales o algo parecido (recién la semana pasada me invitaron a tomar algo después del trabajo, pero no me convenció demasiado… mala mía). Ojalá no se preste a confusión: no me han tratado mal, pero me siento fuera de lugar entre tanta juventud: mucho tatuaje, mucho pelo de color, mucho tazón de unicornio, mucha barba hipster, mucho “hoy trabajo desde mi casa”, sin mayor trámite. Se suma que, por primera vez en mucho tiempo, no tengo un compañero directo, alguien que trabaje a la par mío y al que pueda recurrir en caso de dudas o consultas, que me enseñe trucos de software o con el que simplemente pueda conversar del partido del fin de semana.


El tipo de cosas que debo enfrentar cada día


Me siento extraño e incómodo, permanentemente cuestionado, tratando de hacer bien un trabajo que es aburridísimo y sin mayor sentido, y al mismo tiempo, peleando por encajar en este nuevo mundo dominado las redes sociales, los medios digitales y la vida online. Cada día se hace eterno, y “lucho” internamente para aguantar y prolongar mi presencia en la agencia, sabiendo que la situación laboral está más difícil que nunca: vengo de una cesantía de casi 7 meses, la segunda racha más larga en los últimos 2 años (!!!), y no quiero que se repita en un buen tiempo. Pienso en mi mamá, en mi tata materno, en los sacrificios que han hecho tantos en mi familia, me armo de ánimo y trato de poner mi mayor voluntad y entusiasmo, pero se hace muy difícil.


Lamentablemente, no hay vuelta atrás. La vida en la era digital es así, los cambios son cada vez más rápidos, bruscos y radicales, y debo aprender a vivir plenamente en este siglo.


Como dice Keyrock, el Unfrozen Caveman Lawyer, "este mundo moderno me asusta y me confunde".