viernes, abril 11, 2008

¿Donde está mi pollito al pil pil?

Es viernes, y lo normal es que uno se apronte a salir a tomarse alguna “cosita” con los amigos, los compañeros o la polola. Pero hoy la sensación ya no es la misma, porque uno de los pubs que tenía como favorito para realizar este tipo de actividades etílicas y de esparcimiento social ya no existe. O sea, si existe, pero los dueños son otros, lo que a la larga viene siendo lo mismo. No digo que haya sido como una especie de “Cheers” o algo por el estilo (nunca se supieron mi nombre ni me ofrecieron “lo de siempre” al asomarme apenas por la puerta de entrada), pero tenía lo mínimo que uno pide en estos casos: algún picoteo decente y tragos baratos. Eso es todo. Y de toda la carta que alcancé a probar, lo que más destacaba era el pollito al pil pil. Supremo, exquisito. Con ese toque picante que le da el merkén y el sabor irresistible que le agrega el tocino. Ardiendo en su pailita de greda, con champiñones y pancito frito para acompañar. Una maravilla. La carne y los camarones al pil pil eran muy ricos también, pero al pollito no se la ganaban.

No tengo foto "real" (porque nunca se me ocurrió que iban a vender el local, ni que iba a estar lamentando semejante pérdida), pero era algo más o menos así…

El viernes pasado, junto a mi polola, nos dispusimos a disfrutar de esta joya gastronómica, puesto que hacía mucho que no íbamos (de antes de las vacaciones) y nos moríamos de antojo. La sorpresa fue mayúscula. Ahí nos confirmaron la triste noticia, que las cosas ya no son lo que eran. Nos sirvieron algo remotamente parecido, que si bien no estaba malo, no era lo que queríamos, ése que nos tuvo babeando toda la semana de solo imaginarlo en nuestra mesa. Ni los mojitos 2 x 1 arreglaron el desbarajuste, porque estaban espantosamente malos. Ésos si que no tenían perdón. Asi que mal la cosa, todo mal.

Como soy un tipo preparado, cuento con alternativas, y existe un par de bares a los que voy con cierta frecuencia, pero la gracia es ir variando ¿no? Por lo que, a partir de hoy, me veo en la obligación de seguir recorriendo locales, buscando alguno en el que me sienta cómodo para pasar una noche de viernes o sábado sin que tenga que vender un riñón para pagar por un trago y algo para comer, y no me miren raro porque no tengo facha de ejecutivo top ABC1 ni de pokemón universitario. Ah! y algo muy importante… que no tenga música en vivo (al primer chascón con guitarra que se asome y empiece con la weá de “rasguña las piedras…” le aplico un Cabazooooorro!)
¿queda claro el concepto?