jueves, octubre 06, 2011

Gracias, Steve

Hace tiempo, en algún verano aburrido cuando no tenía mucho que escribir en este blog, y como para darle algo de "sustancia", se me ocurrió hacer una sección especial, escribiendo de personalidades destacadas; gente valiosa, de hoy o del pasado, que - según yo - hubiesen hecho alguna contribución al mundo, a la gente, a nuestra vida. Porque hay personas grandes que aportan, y es bueno que se reconozca. Y no hablo de grandes cosas, al contrario... siempre me interesaron más los detalles. El primero de la lista era Jobs. Acto reflejo, casi inmediato. Por lejos.

Fue lo primero que pensé ayer por la noche, cuando me enteré de su muerte.

Por una cosa de tiempo nunca pude escribir nada acerca de él, y tampoco creo que pueda hacerlo ahora. Sólo quiero dejar testimonio de que ayer (y hoy) fue un día triste, porque el mundo perdió - a mi juicio - a un grande, a un genio, a un adelantado; alguien que quiso hacer cosas innovadoras y creativas. Obviamente, nunca lo conocí, y todo lo que uno sabe es lo que sale por los medios, pero siempre me quedó la sensación de que era un buen gallo. Un tipo que se caracterizó por su visión, pero también por su pasión, por su entusiasmo, por siempre querer dar un paso más allá, y hacer las cosas bien. Con cariño. Un tipo humano, que no lo pasó bien, que sufrió, que dejó la universidad porque no tenía plata, que perseveró, que tuvo éxito, que fue despedido de la empresa que él formó, que años más tarde volvió, casi como un salvador, a esta empresa, que tuvo cáncer... que tomó todas esas lecciones y fracasos como enseñanzas y aprendizaje para la vida.

A la vista del impacto que generó su deceso, creo que no soy el único que pensaba así...



Como ya dije, no voy a escribir mucho sobre Steve Jobs, porque en estas horas se ha dicho todo, y en los próximos días seguirá la avalancha informativa. Se hablará del futuro de Apple, de su herencia (monetaria e inspiracional), de sus sucesores, se editaran biografías y reportajes, etc, etc, etc. No me extrañaría que hasta una estatua o monumento le hagan en Cupertino.

Lo que es yo, sólo diré: Gracias, Steve. Más que por el iMac, más que por el iPod, más que por Pixar (miren lo que estoy diciendo!!!)... Gracias por enseñarnos a hacer las cosas con pasión, con entusiasmo. Con amor.

Es triste, muy triste... se nos va un grande de nuestros tiempos.