miércoles, agosto 24, 2016

40

Hace una hora cumplí 40 años. No me gusta nada. Es total y diametralmente distinto a como pensé que iba a vivir este momento. De hecho es lo opuesto: no hay celebración, esperanza, ilusión por un futuro mejor, por la "segunda mitad de tu vida". Siento soledad, miseria, una podredumbre interior que es dificil de asimilar. Veo todo negro, amargo, sin sentido, sin salida.


Oficialmente tengo 40 años y estoy de vuelta en la casa de mis papás sin saber qué va a pasar conmigo. Por primera vez en muchos años no sé nada. N-A-D-A. Estoy a una semana de tomar un avión y salir de vacaciones a Europa, lo que sería motivo de alegría para cualquiera, pero en esta ocasión no. No estoy contento: me siento confundido, nervioso, asustado. El mundo se ve como un lugar amenazante y frío. Lo voy a hacer porque ya está pagado, ya cagué nomás, no tengo opción. Las circunstacias en las que compré el pasaje eran diferentes, mi vida entera era diferente. No tenía mucho en mente, no había hecho grandes planes, pero esperaba que todo eso cambiara DESPUÉS de este viaje, porque pretendía que fuera el último en mucho tiempo. Este era el punto de partida de un futuro (¿próspero? y) feliz. De consolidar lo bueno que tenía. Qué iluso.


Y aunque mi vida se fue al carajo, curiosamente eso es lo único que se mantiene: yo creo que este será mi último viaje internacional en años. Porque se avecinan tiempos complejos para mí. De dudas, de intertidumbre, de asumir que lo que una vez fue ya no existe más.


De empezar de nuevo.


Y aunque me sienta enfermo de nervioso y con todo en contra, voy a viajar. Porque necesito sacarme esta sensación de mierda. Quiero caminar, recorrer, pasear, cambiar de aire. Ver gente. Otra gente. Otros colores y olores. No pensar en la cagada que tengo en mi vida. Sacar ideas, inspirarme, motivarme. Sentir que no soy el estropajo humano que soy actualmente. Así que desde el otro martes comienzo a cerrar un lindo ciclo de poco más de 10 años, que partió con un viaje a Toronto un viernes de enero de 2006. Debiera dar las gracias y sentirme afortunado por tener la oportunidad de haber hecho estos viajes que me abrieron el mundo.


Supongo que algún día lo haré. Cuando me reencuentre conmigo, vuelva a tener fuerzas y sienta lo bueno de vivir la vida. Cuando vuelva a ser yo. Cuando me sienta querido de nuevo.


Por ahora queda pendiente. Necesito olvidar este año de mierda. Sólo quiero eso.