domingo, febrero 26, 2006

Toronto

Yo soy bien huaso; nunca, por ninguna circunstancia, había salido fuera del país; ni siquiera había viajado en avión, así que se imaginarán más o menos como me debo haber sentido cuando me subí a la micro con alas y comenzó todo. El vuelo fue bastante cómodo (a pesar que me imaginé lo peor al ver que una mamá llevaba a su guagua en el asiento de atrás, la cual se puso a llorar apenas se sentó en el avión), salvo por una que otra turbulencia que me hizo pensar que esta viviendo el episodio piloto de "Lost" y que el avión se iba a la mierda (maldita televisión, me cagó la cabeza!)

Lo primero que pensé al llegar al aeropuerto internacional de Toronto fue "oye, no hace tanto frío!"... claro que al salir a la calle me cambió la percepción... en realidad no hacía tanto frío, pero el viento se encargaba de helarte las orejas y la nariz de forma extrema.

Mientras recorría la autopista en el taxi, para llegar al downtown, me sentí en una película gringa; ahí me di cuenta que la proximidad a ciudades como N. Y. se hace sentir hasta el más mínimo detalle: muchas autopistas, autos anchos y grandes, amplios sitios de compraventas de autos y otros para estacionar remolques... de no haber sido por una que otra bandera de Canadá, hubiese jurado que me equivoqué al bajar... Toronto es gringo entero.

La famosa CN Tower

Downtown Toronto


Como toda ciudad gringa, se pueden ver las cosas típicas: ausencia absoluta de animales (nada de perros vagos o cosas así) y kioskos (los diarios se venden en esas máquinas en las que cada uno introduce la moneda y saca un ejemplar; lo más parecido a los kioskos nacionales se encuentra en las estaciones de metro); modernos rascacielos, contrasando con edificaciones de ladrillo antiguas, alcantarillas humeantes, zonas de esparcimiento, para patinar principalmente, etc. Da gusto ver que la ciudad está pensada para soportar las duras condiciones climáticas: cuando llueve no hay posas en las esquinas (me pareció asombroso, pa´uno que viene de Santiago, que pareciera estar hecho de azucar... cae un poco de agua y queda la cagá!), y en los baños de los shoppings center hay agua caliente. En todo caso hubo dos cosas que me llamaron poderosamente la atención: una, yo sabía que Toronto se caracterizaba por ser multicultural y albergar a gente de todos los rincones del mundo, pero.. puta que hay chinos! Por el centro de Toronto, a todo hora y en todo lugar, circula muchísima gente oriental, o de rasgos asiáticos: chinos, coreanos, filipinos... pero al chancho! Obviamente, uno esperaría encontrarlos en el Barrio Chino (lugar en el que venden todo clase de chucherías baratas, cosas freak para comer que cuelgan de las vitrinas y aliños extraños para condimentar comidas a los que no me atreví a a cercarme), pero uno donde va, está rodeado de asiáticos... de hecho, mis 2 primeras semanas me alojé en una casa de familia de origen filipino.


Lo otro que destaco es el impecable funcionamiento del sistema de transporte; el metro (que es como una lata de leche condensada, plateada, ancha y carreteada, pero con asientos acolchados, puntual y veloz) funciona hasta tarde -1:40 a 2 a.m.- y se complementa perfecto con los buses y los tranvías -o street car- que recorren la ciudad (que también pasan hasta bien tarde y funcionan desde las 6 a.m., aprox.) El valor de los pasajes no es nada barato ($ 1250 pesos, aprox.), pero uno puede comprar la tarjeta semanal o mensual y realizar todos los viajes que uno quiera en estos transportes.


Una vista al Entertainment Disctrit

La gente patina... y mucho


Yo pensé que iba a ser complicado ambientarme o recorrer la ciudad, pero fue todo lo contrario... como dije, el sistema de transporte es excelente, y no cuesta ubicarse en el downtown. Hay varios locales para divertirse y comer, de los estilos más variados, pegados uno al lado del otro, junto a los típicos locales de comida rápida en todas las esquinas (en Toronto, los que la llevan son los "sub", gigantescos y churretosos... esta Subway, Mr. Sub, Quiznos, en los que se puede comer un combo por casi 7 dólares canadienses). Yo tuve la suerte de conocer a varios chilenos y mexicanos, junto a un montón de gente buena onda, por lo que se armó un grupo bastante simpático, con los cuales no tuve problemas para pasarlo bien y salir harto... aunque el copete sea caro! (en realidad, no es tan caro, pero con la cerveza se van al chancho; recuerdo que llegué a pagar 17 dólares canadienses por un pitcher... donde se ha visto! Casi 8 lucas!!!... claro que lo pagamos entre 3...)


Sip, donde voy, lo paso mal... es triste mi vida... ja ja ja...


Y claro, no podía dejar de darme un gustito... un huevón pelotero como yo tenía que ver un partido oficial de la NBA. No serán los Lakers, pero bueno, si vas a Toronto, tienes que ver a los Raptors... yo sé que son un equipo del montón, pero es lo que hay nomás! (además que jugaban contra los Spurs, asi que al menos vería a un equipo de verdad...) Debo decir que se pasa muy bien, sin importar qué equipo gane o pierda; parte un poco mamona la cosa, como que nadie pesca mucho, pero a medida que transcurre el juego, y la emoción fluye, la gente grita, participa, y se entretiene. Hasta me gané un slice de pizza porque los Raptors hicieron más de 100 puntos... Sweet!


Nada como un partido de básquet con la mejor compañía - ella es increíble!
(adivinen quién soy yo; tienen sólo una oportunidad!...)

Continuará...

viernes, febrero 17, 2006

De vuelta en casa

Yap, he regresado después de mi largo periplo por las frías tierras canadienses, y no sin esfuerzo... al parecer Toronto no quería que me viniera e hizo lo imposible por retrasar mi vuelo... hasta mandó una tormenta de aquellas, para ver si me quedaba un tiempo más... y aunque lloró bastante (porque puta que caía agua!), ya estoy en mi casa, listo y dispuesto a contar mis aventuras por esos lados...

... dejenme arreglar las fotos primero, y de ahí publico algo...