jueves, marzo 14, 2019

¿Realmente, vale la pena todo esto?

Llevo más de un mes y medio trabajando, pero no se siente como algo real: me hicieron el contrato inicial de tres meses, onda a prueba, y si les gusto seguiré. Lo más probable es que no quede. Por eso mismo no me gusta contar a mis amigos y conocidos que estoy con pega: mientras no firme nada a largo plazo (mínimo un año) no lo considero como algo estable. Ya el año pasado tuve una experiencia similar, en una agencia que sí me gustaba, incluso ganaba menos plata, pero el ambiente era mejor y creo que fue positivo. En cambio, siento que entré mal acá (si, estoy escribiendo desde la oficina, un jueves a las 11:30 de la mañana, sin mucho qué hacer).

En el posteo anterior comenté que me sentía rarísimo, rodeado por tanta juventud, gente con tatuajes, pelos de colores, que viste animal print y que anda en scooter eléctrico. Estos días he logrado interactuar más y de a poco me voy soltando socialmente. Lo que me tiene mal es lo que hago, el trabajo en sí. Es muy aburrido. Enfermo de latero. Súper fome. Hay largo rato en el día en que no hago nada. De hecho, estoy escribiendo esto para que me vean que hago algo, es la única razón por la que estoy cargando nuevas entradas en el blog. Si tuviera otros programas en el computador me dedicaría a retocar fotos, aprender trucos HTML para sitios web, descargar imágenes para fondos de pantalla y cosas así. Pero acá no tengo niuna cuestión. Por primera vez en mi vida me cuestiono mucho si vale la pena perder casi 10 horas de cada día de mi vida en esto. Fuera de broma, me he visto en el baño mirándome al espejo, preguntándome cuánto más podré aguantar o por qué estoy acá. Trato de pensar positivo y asimilar que dentro de todo soy afortunado: no hago gran esfuerzo, no mataré a nadie, y para lo que hago el sueldo es bueno, pero no hay caso, no me gusta, siento que no me aporta nada. Respiro. Me miro a los ojos de nuevo para darme fuerza. No puede ser que la vida adulta se reduzca a esto.

Siempre he dicho que para que un trabajo me guste se deben cumplir 3 condiciones: 1.- súper obvia, pero en Chile no siempre se da: que te cumplan lo ofrecido. Si te ofrecen 600, que sean 600 y no 597. Si te dicen que pagan el 25, que sea el 25. 2.- que lo que haga sea motivante, entretenido. Que sienta que aporto, que mi punto de vista es importante y que hace la diferencia. Porque si no, ¿para qué? Y 3.- la gente: estar rodeado de gente buena, amable, con buen ánimo y disposición, de la que puedas aprender, lo que sea, cosas técnicas o experiencias de vida. Que exista un buen clima que a uno lo haga sentir cómodo, como si estuviera en casa. De eso se trata, no? Si al final uno pasa más tiempo en el trabajo que en la casa. Es importante sentirse acogido, que uno quiera estar ahí, que no sea un castigo o una tortura (ya es suficiente con tener que levantarse temprano). En este caso puntual, se cumple el 1 (a pesar de cierta informalidad en los procedimientos; hay casos de compañeros que aún no firman nada, a pesar de llevar más de 6 meses, pero mientras sigan pagando el sueldo está bien), estoy trabajando en el 3 (ya converso más con el resto, me he aprendido los nombres y ya me metieron a un grupo de Whatsapp, supongo que es un logro) pero el punto 2 lo veo difícil, es lo que me tiene conflictuado. Se suma el hecho de que soy el único que hace mi pega específica. Los redactores son varios, los diseñadores son muchos, hay varias ejecutivas de cuenta… pero yo estoy solo, el único wn que hace lo que hago. Extraño tener un compañero, alguien con quien conversar, comentar el día a día, del que puedas aprender, que te eche una mano cuando algo no te resulta.

En fin, trato de no darle muchas vueltas al asunto. Lo importante es cumplir el día, y echarle pa´delante nomás. Al término de los 3 meses se verá si sigo o no. Si me quedo, a hacerlo lo mejor posible, minimizando los errores (que los he tenido, hay que ser honesto). Mientras no tenga algo mejor, en términos de sueldo o estabilidad, la misión es aguantar. Aunque cueste (y p´ta que cuesta). Y si no sigo, a tomarlo como una oportunidad. Ya habrá algo que hacer en lo que sea bueno y me motive de verdad. Y si no, pucha… habrá que inventarlo.

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