Esto es sólo para recordar que antenoche saldé una deuda (o algo así, nunca tan grave); hace unos 4 años le empecé a agarrar el gustito a la música de Jamiroquai, y siempre me lamenté no haber ido al recital del 97, pero es comprensible, porque para ese entonces no los conocía mucho. Y a medida que pasaban los años, la leyenda de aquella noche crecía: que fue un excelente recital, que la gente que estuvo ahí lo pasó increíble, y todo eso, por lo que me dije a mi mismo que si se daba la oportunidad, y volvían a Chile, no lo pensaba e iría a su show. Y asi fue. Eso pasó el viernes. Fue bacán. Jay Kay es una máquina. El audio fue "reguleque" nomás (los acoples hacían que el loco matara al sonidista con la mirada), pero no hay nada que decir acerca del profesionalismo y entrega en el escenario. Siguieron adelante como si nada, tratando de entregar el mejor show posible. Excelente elección de temas, cuidada interpretación y mucha energía.
Estamos listos con Jamiroquai. Deuda saldada.
Fotos de Terra.cl y Fonica.cl (no, yo nunca llevo mi cámara... ¿Para qué, si en internet se encuentran mejores imágenes que las que podría tomar uno?)
Hace rato que no actualizo ésto, pero ya me desocuparé un poco - espero - y volveré a escribir. Mientras, paso de carrerita, sólo a agradecer.
Porque hoy es un día raro.
Hoy fue el último día de Harold Mayne Nichols al frente del futbol chileno, y por consiguiente (y como seguramente pasará), con él se irá Bielsa. Creo que hasta la elección de presidentes Harold lo hizo bien, y a pesar que en los últimos 2 meses se ensució su gestión con la "teleserie" (tongo, tinterillada, como le quieran llamar), me da la impresión de que hizo un trabajo serio y profesional. Sin ir más lejos, logró traer a Bielsa, que no llega a cualquier parte. Fuimos a un Mundial, la Roja se reposicionó, los jugadores se valorizaron y la gente volvió a creer y a disfrutar con su selección. Fueron muy buenos 3 años. Gracias Harold. Gracias Don Marcelo. Además, se confirmó esta mañana que Mirosevic, el capitán y símbolo de la UC, parte a los Emiratos Arabes. No puedo negar que me da lata, porque es el capitán, es de la casa., el goleador del torneo pasado... pero está bien, se merece asegurar su futuro; varias veces lo tentaron, y siempre se quedó, siempre aperró, hasta ahora que la oferta era demasiado buena para él y para la S.A. Gracias por el campeonato, Milo. Gracias por dejarlo todo en la cancha.
Hoy es un día raro... y triste; da lata ver que las cosas buenas se terminan, que proyectos bien encaminados quedan a medio terminar. Igual ya estoy medio resignado.
Si, ya sé... ha pasado bastante tiempo desde que el final de Lost se emitió al aire, pero no podía dejar de decir algo al respecto. No es menor, fueron 6 años "invertidos"... Y después de tanto leer notas, crónicas y demases, tanto escuchar las sensaciones de otos televitos, creo que el mejor comentario, el más completo resumen de lo transmitido, de lo que fue la "experiencia Lost", lo leí acá. Por mi parte, la 1era vez que lo vi me dejó una sensación rara... como que no me dejó conforme del todo; al verlo por segunda vez le encontré un poco más de sentido, y creo que fue un buen final... un tanto mamón, un tanto melancólico, pero fue un buen final.
Hace un par de días habría cumplido 2 años desde que me fui de mi casa. No fue una decisión sencilla; por un lado, mis papás se quedaban sin otro hijo (mi hermano estaba en España aún), y ahora si que la casa se sentía vacía. Y yo nunca he vivido solo... acostumbrado a los regaloneos hogareños, ahora tendría que pagar cuentas, participar en las decisiones de compra y estar pendiente de tener camisas limpias para ir a trabajar. Me fui a un lugar pequeño, sencillo, pero acogedor, y fui recibido con cariño. Me costó acostumbrarme, muchas veces no me sentía cómodo del todo, pero estaba contento igual. Ahora no sé que hacer. Me reparto por allá y por acá. Y al final, no tengo nada. Tenía algo lindo, y no supe cuidarlo.
Hoy fue el lunes más largo de la historia. La cantidad de pega, cachos y "favorcitos", sumado al hecho de haber dormido como las pelotas, hicieron que fuera una tortura. Igual, preferí que fuera así, para tratar de hacer algo, mantenerme ocupado, darle duro al trabajo y evitar pensar más cosas...
Nunca pensé que lo haría, pero al final sucumbí (¿a las presiones externas?), y lo hice nomás... compré una cancha vip. ¿Los elegidos? Franz Ferdinand. Algo que parecía exagerado y arriesgado en su minuto se convirtió en una de las mejores decisiones que he tomado en la vida. Excelente show. Pedazo de recital. Son simplemente notables. NO-TA-BLES. Tienen temas movidos y pegajosos, son entretenidos para escuchar en la radio o en el computador mientras uno trabaja... y uno los ubica, los ha escuchado cientos de veces, y no espera mucho... pero en vivo son la cagáaaaaaaaaa... una cosa de no creer. Dejo estas fotos sólo para recordarme a mi mismo algo que debo haber pensado en algún momento del show... si éstos vienen 5 veces, las 5 veces voy... Hacía como 9 años que no transpiraba tanto en un recital.
La evidencia... lo que queda de las 31 lucas mejor pagadas en lo que va del año...
27 de febrero, un día que sin duda márcará todo el año 2010
No hay mucho que agregar. Tan solo un recordatorio de lo que la naturaleza puede causar en algo más de dos minutos, y asumir que, asi como pasó el 60, pasó el 85, pasó ahora, y seguirá pasando... porque asi es Chile, éste es el lugar donde vivimos...
Fuerza, ánimo, a levantarse y reconstruir el país!
Y cuando ya creí que esa etapa había pasado... zuácate! De nuevo! Tanto esperar, tanto desear que llegaran ésos días, y todo para nada. No tenia grandes planes, y ni éso pude planificar bien. Yo sirvo para trabajar nomás...
Hace poco más de un mes falleció mi tata. Enterarme de la noticia fue un bombazo, porque el día anterior nomás habíamos (mi familia) celebrado la Navidad con él. Tomamos colemono, almorzamos, repartimos regalos, y comimos torta. Pasamos todo el día con él, y jamás se nos ocurrió que esa seria la última vez que lo veríamos. Estaba contento, los achaques y complicaciones que tuvo a mitad de año parecían haber quedado atrás. Y de la noche a la mañana, todo cambió, todo se fue a la cresta.
Mientras viajábamos a Viña, para hacer los arreglos de su funeral, no podía dejar de pensar en que yo debía decir algo en la ceremonia, que debía manifestar lo tremendamente importante que era mi tata para la familia. Le di vueltas al tema, pero nunca llegué a escribir nada; no me atrevía a asumir la responsabilidad. Al menos tenía la base, más menos sabía de qué se trataría, por si mi mamá o alguien me designaba a hablar en representación.
Lo que pasó al día siguiente, pocas veces lo he presenciado en mi familia. Mal, todo mal. Porque si hay algo que a mi me destruye, me anula totalmente, es ver mal a mi mamá. Verla llorando, sufriendo. No hay cosa que me deje más desarmado anímicamente (por decirlo de alguna manera) que eso. Fue un domingo horrible, lleno de tristeza, impotencia, de una sensación tan desagradable, de vacío, de sentirse miserable, de mirar alrededor y ver que todo el mundo estaba igual de mal, o peor. Y ahí me di cuenta que no hubiese sacado nada con escribir el mejor discurso de la vida, porque no me salía palabra alguna; Simplemente, me bloquée, sucumbí a la tristeza. No pude, no fui capaz.
Y de ahí que me siento en deuda. Y me duele, me duele más que la cresta, porque mi tata se merecía un discurso bonito, digno de lo que fue él como persona: un tipo choro, alegre, que siempre tenía un cuento o una anécdota entretenida (propia o ajena); un hombre bueno, amable, que nunca dudó en ayudar a todo el mundo, prestando plata incluso, sabiendo que era poco probable que se la devolvieran; un hombre honesto, trabajador, que siempre se sacó la cresta por su familia, que trató de que nunca le faltara nada, en una época en la que no importaba tanto el cartón o la Universidad de la que uno venía, sino lo que sabía o podía hacer; un hombre estudioso, buen lector, metódico, deseoso por entender todo aquello que le rodeaba, que compartía su sabiduría con todo aquel dispuesto a escucharlo; un luchador que supo recuperarse de un par de accidentes automóvilisticos; un tipo que trató de mantenerse al tanto con los tiempos, sin importar lo difícil que fuera para un hombre ya mayor (se compró un PC hace unos par de años nada más); pero principalmente, el mejor amigo, papá y confidente que pudieron tener todos los tíos, primos y hermanos de mi familia materna. El que siempre se mantuvo firme y le dio toda su fuerza y apoyo a mi mamá en los peores momentos (particularmente cuando nació mi hermano).
Siempre se ha dicho que el nieto que más se parecía a mi tata, en lo físico, soy yo.... pero si alguna vez llegara a ser un tercio de lo que él fue como persona, me daría por satisfecho.
Creo que el único consuelo que me queda es tener la certeza que su último día en la Tierra fue feliz... y que yo estuve ahí, y pude compartir con él.
Si pudiera verlo ahora, si pudiera decirle algo, sería "Perdóneme por fallarle, tata..."
Pero creo que valdría más decirle "Gracias por todo..."
Un par de cosas: este blog lo tengo botado por el momento, puesto que estoy trabajando a toda máquina en un proyecto que me está consumiendo la vida por completo... pero que necesito terminarlo de una vez por todas. Más abajo dejo un adelanto ínfimo, mínimo, apenas un frame de algo que espero se convierta en un cortometraje 3D. De momento es una tortura, han sido casi 2 meses horribles, durmiendo poco, mal, lleno de tensión y pasando rabias frente al PC. En fin, el dolor es temporal, la gloria es para siempre, dice Nike. Sólo espero que salga algo bueno y memorable de todo ésto (y recordarlo por algo más que el sufrimiento que ha involucrado). Otro: si encuentra (amigo lector????) que este este blog se ve "extraño", plano, como que le faltara algo, es porque - como es de público conocimiento - Yahoo eliminó Geocities, servicio de páginas web gratuitas en la cual yo almacenaba las imágenes que constituían el template de este espacio. Asi que, mientras no me de el tiempo de buscar un template adecuado y adaptarlo como corresponde, este blog se verá un tanto "pelado". Y eso. Espero que llegue febrero nomás. Quiero vacaciones. NECESITO vacaciones.
Ya transcurrido más de una semana desde que se realizó, solo quiero comentar que la presentación (no me siento cómodo usando la palabra "recital" en este caso específico) de Aimee Mann estuvo buenísima, supero mucho mis espectativas. La mina es seca – todos lo sabemos – pero además es super simpática, amorosa, dio la impresión que de verdad disfrutó tocando. Ojalá haya sido así, mira que viajar 17 horas, y con resfrío... ufff! te lo encargo. No conocía el famoso teatro Teletón, y no sabía con qué encontrarme: es una sala super chica y sencilla, que favoreció al ambiente del show, ya que hizo que fuera mucho más íntimo y cercano (con decir que la banda de apoyo eran 2 personas nada más creo que queda claro ¿no?). Yo no estaba ni cerca del escenario, pero así y todo pude ver bien. Hablando del repertorio, personalmente me gustó que tocara “Momentum” y “31 Today”, pero me quedé con las ganas de escuchar “Borrowing Time” (y mi polola habría sido muy feliz con “Pavlov’s Bell”). En todo caso, la que más me gustó fue “One” que creo que sonó increíble. El piano le dió una fuerza impresionante ("jazzero" diría yo), y no sonó para nada como aparece en el disco de Magnolia. He leído algunos comentarios, alegando contra la gente, que fue fría y fome. Yo no creo que haya sido así... tal vez al principio, pero al avanzar la noche la masa se fue soltando, entrando más en confianza, pidiendo temas y gritando cosas (la misma Aimee motivaba a hacerlo, por lo demás… ya lo dije, la mina es muy chora, la cagó). Ahora, tengo que decirlo: Me apestó la gente que sólo iba por los temas de “Magnolia”; una vieja al lado de mi polola se volvió loca gritando “Save Me” siendo que para escuchar a pelotudas desafinadas voy a cualquier bar de karaoke. Que me perdone esa gente, pero sorry, yo pagué para escuchar a Aimee Mann. Creo que lo otro malo fueron las sillas, que no eran muy cómodas, pero en general fue una presentación redonda, muy buena, que superó mis espectativas y que dudo que se repita. Casi un lujo.
Por lo general, tengo buena memoria, y me gusta recordar cosas. Eventos importantes, de ésos que marcan, pero también de los otros, de los freaks, de los intrascendentes, de ésos que sólo me importan a mi… del tipo “ése día me tomé mi primera Cherry Coke” o “la primera vez que vi Terminador 2 fue con tal persona…” Hoy es un día de ésos. Cumplo 4 años en mi actual trabajo, y quiero dejarlo registrado acá. Considero que es importante, ya que es el trabajo en el que más he durado en la vida. Lo que yo hago cada día no es una cosa para volverse loco, no me da grandes lujos, ni viajo por el país, ni tengo descuento en nada que me interese o algo parecido, pero me paga, me mantiene ocupado de 9 a 6, sin grandes sobresaltos, y me permite desenvolverme en algo parecido a lo que estudié. 4 años. Uno no se da ni cuenta. Pasan volando… Y han ocurrido tantas cosas! He conocido gente diversa, entretenida (y de las otras también, pero bueh…hay de todo en el mundo) he vivido buenos momentos (y compartido otros bastante tristes) y me han capacitado un par de veces. Creo que eso es lo fundamental. Sentirse útil, sentirse parte de algo. Ahora, sé que alego y pataleo comouncampeons cada mañana por tener que venir a la pega (que tengo sueño, que tengo lata, que no quiero trabajar, que me mandan puros cachos, etc, etc, etc) pero asi es la vida laboral nomás. Pasa acá y en todos lados. Nos pasa a todos. Como dice un amigo “no hay trabajo malo, lo malo es tener que trabajar”. Y es asi nomás. Pero es cosa de recordar cómo estaba la cosa hace 4 años, y me doy cuenta que estoy mucho mejor. Por lejos. Prefiero quejarme de trámites interminables y de que mi jefe no tiene idea de nada, en vez de estar botado sin hacer nada. En fin. Creo que me hará bien guardar esto. Recordar lo bien que me sentí cuando me dijeron que me habían aceptado, y que partía el 1 de julio “pa dejar bien ordenadas las cuentas”… sobretodo en éstos días de invierno en lo que único que uno piensa es ganarse el Kino, para no trabajar nunca más, y no tener que levantarse temprano. O en esos viernes, cuando faltan 20 minutos para irse, y llega a través del e-mail el cacho maldito "urgente" que lo calza a uno hasta las 8 de la noche… Tengo que hacerme la idea nomás, porque no pretendo irme antes de un par de años. Creo que aún me quedan cosas por hacer acá…
Es raro, de verdad nunca pensé que iba a decir ésto... pero hay que ser honestos, y decir las cosas como son. Desde este fin de semana, siento un nuevo respeto por el Sr. Rick Astley.
Esta semana me he enterado que el Metro de Santiago cumple 40 años. Y debo confesar que, como habitante de esta ciudad (que no es lo mismo que decir Santiaguino, ojo!), siempre he tenido un cariño y un respeto especial por el Metro. En una ciudad sucia y ruidosa, desordenada, sin definición, sin un ícono, que a ratos me gusta, que a ratos odio, el Metro pasaba a ser algo especial, lo que la distinguía, lo que la hacía querible. Limpio, eficiente, moderno, era un lujo recorrer el tramado subterráneo. Siempre recuerdo haberme sentido como huaso la primera vez que conocí la recién inaugurada Línea 5, por allá a fines de los 90s. Miraba asombrado las estaciones, los carros nuevos, casi volando por el novedoso tramo en altura… era una cosa impresionante, me sentía en el futuro (o en Alemania, no sé… cualquier parte, menos Chile)
Todos sabemos que eso se acabó hace un par de años con el Transantiago. El sistema colapsó, y se tuvo que recurrir a medidas extremas para mantener el nivel de servicio: asistentes de anden (los famosos jedi), recorridos express, alargar su horario de atención, etc. Y aunque han servido en parte, todos sabemos que no es lo mismo: el Metro se chacreó. Ya no está tan limpio, ya no es tan cómodo, ya no es tan amable, la joyita ha perdido parte de su brillo. Pero uno igual le tiene cariño. Sigue siendo especial, sigue siendo lo mejor de Santiago.
Por lo mismo, me ha gustado conocer parte de su historia en los reportajes de los noticieros. Ver las imágenes de archivo, con el tajo gigante en la Alameda mientras lo construían, ver cómo reaccionaba la gente en su inauguración, conocer las anécdotas varias que un proyecto de esta naturaleza implica: los trazados originales, la estación fantasma, la eterna interrogante de qué pasó con la Línea 3, los suicidios, los partos, la mantención de los carros, los objetos perdidos, etc. De verdad cuesta creer que hayan pasado 40 años, y que sigamos usando los mismos carros, funcionando impecables.
Producto de todo esto, algo especial me pasa con los metros; siento una fascinación indescriptible por los trenes subterráneos. Donde voy, la ciudad que sea que tenga metro, me siento obligado a conocerlo. Tengo que subirme. Es una tontera, pero me gustan los metros. Y claro que uno hace la comparación – casi obligada – con el de Santiago, y es rico darse cuenta que no estábamos tan mal, que nuestro metro era de lo mejor, que íbamos en la dirección correcta, que alguna vez se hicieron las cosas bien. De no haber sido por un accidente mayor como el Transantiago seguiría siendo el regalón de la ciudad. Con una línea más, paralela a la Línea 1, y algunas mejoras, como tarifas semanales y mensuales (en vez de estar cargando la Bip a cada rato) mejores accesos, y señalética adecuada, creo que estaríamos de lujo. A nivel mundial.
Ojalá se pueda dar, volver a hacer del Metro algo único, de lo que nos podamos sentir orgullosos. Como alguna vez lo fue.
A continuación, algunas fotos de mi colección personal-freak de metros del mundo