Si, ya sé... ha pasado bastante tiempo desde que el final de Lost se emitió al aire, pero no podía dejar de decir algo al respecto. No es menor, fueron 6 años "invertidos"... Y después de tanto leer notas, crónicas y demases, tanto escuchar las sensaciones de otos televitos, creo que el mejor comentario, el más completo resumen de lo transmitido, de lo que fue la "experiencia Lost", lo leí acá. Por mi parte, la 1era vez que lo vi me dejó una sensación rara... como que no me dejó conforme del todo; al verlo por segunda vez le encontré un poco más de sentido, y creo que fue un buen final... un tanto mamón, un tanto melancólico, pero fue un buen final.
Hace un par de días habría cumplido 2 años desde que me fui de mi casa. No fue una decisión sencilla; por un lado, mis papás se quedaban sin otro hijo (mi hermano estaba en España aún), y ahora si que la casa se sentía vacía. Y yo nunca he vivido solo... acostumbrado a los regaloneos hogareños, ahora tendría que pagar cuentas, participar en las decisiones de compra y estar pendiente de tener camisas limpias para ir a trabajar. Me fui a un lugar pequeño, sencillo, pero acogedor, y fui recibido con cariño. Me costó acostumbrarme, muchas veces no me sentía cómodo del todo, pero estaba contento igual. Ahora no sé que hacer. Me reparto por allá y por acá. Y al final, no tengo nada. Tenía algo lindo, y no supe cuidarlo.
Hoy fue el lunes más largo de la historia. La cantidad de pega, cachos y "favorcitos", sumado al hecho de haber dormido como las pelotas, hicieron que fuera una tortura. Igual, preferí que fuera así, para tratar de hacer algo, mantenerme ocupado, darle duro al trabajo y evitar pensar más cosas...
Nunca pensé que lo haría, pero al final sucumbí (¿a las presiones externas?), y lo hice nomás... compré una cancha vip. ¿Los elegidos? Franz Ferdinand. Algo que parecía exagerado y arriesgado en su minuto se convirtió en una de las mejores decisiones que he tomado en la vida. Excelente show. Pedazo de recital. Son simplemente notables. NO-TA-BLES. Tienen temas movidos y pegajosos, son entretenidos para escuchar en la radio o en el computador mientras uno trabaja... y uno los ubica, los ha escuchado cientos de veces, y no espera mucho... pero en vivo son la cagáaaaaaaaaa... una cosa de no creer. Dejo estas fotos sólo para recordarme a mi mismo algo que debo haber pensado en algún momento del show... si éstos vienen 5 veces, las 5 veces voy... Hacía como 9 años que no transpiraba tanto en un recital.
La evidencia... lo que queda de las 31 lucas mejor pagadas en lo que va del año...
27 de febrero, un día que sin duda márcará todo el año 2010
No hay mucho que agregar. Tan solo un recordatorio de lo que la naturaleza puede causar en algo más de dos minutos, y asumir que, asi como pasó el 60, pasó el 85, pasó ahora, y seguirá pasando... porque asi es Chile, éste es el lugar donde vivimos...
Fuerza, ánimo, a levantarse y reconstruir el país!
Y cuando ya creí que esa etapa había pasado... zuácate! De nuevo! Tanto esperar, tanto desear que llegaran ésos días, y todo para nada. No tenia grandes planes, y ni éso pude planificar bien. Yo sirvo para trabajar nomás...
Hace poco más de un mes falleció mi tata. Enterarme de la noticia fue un bombazo, porque el día anterior nomás habíamos (mi familia) celebrado la Navidad con él. Tomamos colemono, almorzamos, repartimos regalos, y comimos torta. Pasamos todo el día con él, y jamás se nos ocurrió que esa seria la última vez que lo veríamos. Estaba contento, los achaques y complicaciones que tuvo a mitad de año parecían haber quedado atrás. Y de la noche a la mañana, todo cambió, todo se fue a la cresta.
Mientras viajábamos a Viña, para hacer los arreglos de su funeral, no podía dejar de pensar en que yo debía decir algo en la ceremonia, que debía manifestar lo tremendamente importante que era mi tata para la familia. Le di vueltas al tema, pero nunca llegué a escribir nada; no me atrevía a asumir la responsabilidad. Al menos tenía la base, más menos sabía de qué se trataría, por si mi mamá o alguien me designaba a hablar en representación.
Lo que pasó al día siguiente, pocas veces lo he presenciado en mi familia. Mal, todo mal. Porque si hay algo que a mi me destruye, me anula totalmente, es ver mal a mi mamá. Verla llorando, sufriendo. No hay cosa que me deje más desarmado anímicamente (por decirlo de alguna manera) que eso. Fue un domingo horrible, lleno de tristeza, impotencia, de una sensación tan desagradable, de vacío, de sentirse miserable, de mirar alrededor y ver que todo el mundo estaba igual de mal, o peor. Y ahí me di cuenta que no hubiese sacado nada con escribir el mejor discurso de la vida, porque no me salía palabra alguna; Simplemente, me bloquée, sucumbí a la tristeza. No pude, no fui capaz.
Y de ahí que me siento en deuda. Y me duele, me duele más que la cresta, porque mi tata se merecía un discurso bonito, digno de lo que fue él como persona: un tipo choro, alegre, que siempre tenía un cuento o una anécdota entretenida (propia o ajena); un hombre bueno, amable, que nunca dudó en ayudar a todo el mundo, prestando plata incluso, sabiendo que era poco probable que se la devolvieran; un hombre honesto, trabajador, que siempre se sacó la cresta por su familia, que trató de que nunca le faltara nada, en una época en la que no importaba tanto el cartón o la Universidad de la que uno venía, sino lo que sabía o podía hacer; un hombre estudioso, buen lector, metódico, deseoso por entender todo aquello que le rodeaba, que compartía su sabiduría con todo aquel dispuesto a escucharlo; un luchador que supo recuperarse de un par de accidentes automóvilisticos; un tipo que trató de mantenerse al tanto con los tiempos, sin importar lo difícil que fuera para un hombre ya mayor (se compró un PC hace unos par de años nada más); pero principalmente, el mejor amigo, papá y confidente que pudieron tener todos los tíos, primos y hermanos de mi familia materna. El que siempre se mantuvo firme y le dio toda su fuerza y apoyo a mi mamá en los peores momentos (particularmente cuando nació mi hermano).
Siempre se ha dicho que el nieto que más se parecía a mi tata, en lo físico, soy yo.... pero si alguna vez llegara a ser un tercio de lo que él fue como persona, me daría por satisfecho.
Creo que el único consuelo que me queda es tener la certeza que su último día en la Tierra fue feliz... y que yo estuve ahí, y pude compartir con él.
Si pudiera verlo ahora, si pudiera decirle algo, sería "Perdóneme por fallarle, tata..."
Pero creo que valdría más decirle "Gracias por todo..."
Un par de cosas: este blog lo tengo botado por el momento, puesto que estoy trabajando a toda máquina en un proyecto que me está consumiendo la vida por completo... pero que necesito terminarlo de una vez por todas. Más abajo dejo un adelanto ínfimo, mínimo, apenas un frame de algo que espero se convierta en un cortometraje 3D. De momento es una tortura, han sido casi 2 meses horribles, durmiendo poco, mal, lleno de tensión y pasando rabias frente al PC. En fin, el dolor es temporal, la gloria es para siempre, dice Nike. Sólo espero que salga algo bueno y memorable de todo ésto (y recordarlo por algo más que el sufrimiento que ha involucrado). Otro: si encuentra (amigo lector????) que este este blog se ve "extraño", plano, como que le faltara algo, es porque - como es de público conocimiento - Yahoo eliminó Geocities, servicio de páginas web gratuitas en la cual yo almacenaba las imágenes que constituían el template de este espacio. Asi que, mientras no me de el tiempo de buscar un template adecuado y adaptarlo como corresponde, este blog se verá un tanto "pelado". Y eso. Espero que llegue febrero nomás. Quiero vacaciones. NECESITO vacaciones.
Ya transcurrido más de una semana desde que se realizó, solo quiero comentar que la presentación (no me siento cómodo usando la palabra "recital" en este caso específico) de Aimee Mann estuvo buenísima, supero mucho mis espectativas. La mina es seca – todos lo sabemos – pero además es super simpática, amorosa, dio la impresión que de verdad disfrutó tocando. Ojalá haya sido así, mira que viajar 17 horas, y con resfrío... ufff! te lo encargo. No conocía el famoso teatro Teletón, y no sabía con qué encontrarme: es una sala super chica y sencilla, que favoreció al ambiente del show, ya que hizo que fuera mucho más íntimo y cercano (con decir que la banda de apoyo eran 2 personas nada más creo que queda claro ¿no?). Yo no estaba ni cerca del escenario, pero así y todo pude ver bien. Hablando del repertorio, personalmente me gustó que tocara “Momentum” y “31 Today”, pero me quedé con las ganas de escuchar “Borrowing Time” (y mi polola habría sido muy feliz con “Pavlov’s Bell”). En todo caso, la que más me gustó fue “One” que creo que sonó increíble. El piano le dió una fuerza impresionante ("jazzero" diría yo), y no sonó para nada como aparece en el disco de Magnolia. He leído algunos comentarios, alegando contra la gente, que fue fría y fome. Yo no creo que haya sido así... tal vez al principio, pero al avanzar la noche la masa se fue soltando, entrando más en confianza, pidiendo temas y gritando cosas (la misma Aimee motivaba a hacerlo, por lo demás… ya lo dije, la mina es muy chora, la cagó). Ahora, tengo que decirlo: Me apestó la gente que sólo iba por los temas de “Magnolia”; una vieja al lado de mi polola se volvió loca gritando “Save Me” siendo que para escuchar a pelotudas desafinadas voy a cualquier bar de karaoke. Que me perdone esa gente, pero sorry, yo pagué para escuchar a Aimee Mann. Creo que lo otro malo fueron las sillas, que no eran muy cómodas, pero en general fue una presentación redonda, muy buena, que superó mis espectativas y que dudo que se repita. Casi un lujo.
Por lo general, tengo buena memoria, y me gusta recordar cosas. Eventos importantes, de ésos que marcan, pero también de los otros, de los freaks, de los intrascendentes, de ésos que sólo me importan a mi… del tipo “ése día me tomé mi primera Cherry Coke” o “la primera vez que vi Terminador 2 fue con tal persona…” Hoy es un día de ésos. Cumplo 4 años en mi actual trabajo, y quiero dejarlo registrado acá. Considero que es importante, ya que es el trabajo en el que más he durado en la vida. Lo que yo hago cada día no es una cosa para volverse loco, no me da grandes lujos, ni viajo por el país, ni tengo descuento en nada que me interese o algo parecido, pero me paga, me mantiene ocupado de 9 a 6, sin grandes sobresaltos, y me permite desenvolverme en algo parecido a lo que estudié. 4 años. Uno no se da ni cuenta. Pasan volando… Y han ocurrido tantas cosas! He conocido gente diversa, entretenida (y de las otras también, pero bueh…hay de todo en el mundo) he vivido buenos momentos (y compartido otros bastante tristes) y me han capacitado un par de veces. Creo que eso es lo fundamental. Sentirse útil, sentirse parte de algo. Ahora, sé que alego y pataleo comouncampeons cada mañana por tener que venir a la pega (que tengo sueño, que tengo lata, que no quiero trabajar, que me mandan puros cachos, etc, etc, etc) pero asi es la vida laboral nomás. Pasa acá y en todos lados. Nos pasa a todos. Como dice un amigo “no hay trabajo malo, lo malo es tener que trabajar”. Y es asi nomás. Pero es cosa de recordar cómo estaba la cosa hace 4 años, y me doy cuenta que estoy mucho mejor. Por lejos. Prefiero quejarme de trámites interminables y de que mi jefe no tiene idea de nada, en vez de estar botado sin hacer nada. En fin. Creo que me hará bien guardar esto. Recordar lo bien que me sentí cuando me dijeron que me habían aceptado, y que partía el 1 de julio “pa dejar bien ordenadas las cuentas”… sobretodo en éstos días de invierno en lo que único que uno piensa es ganarse el Kino, para no trabajar nunca más, y no tener que levantarse temprano. O en esos viernes, cuando faltan 20 minutos para irse, y llega a través del e-mail el cacho maldito "urgente" que lo calza a uno hasta las 8 de la noche… Tengo que hacerme la idea nomás, porque no pretendo irme antes de un par de años. Creo que aún me quedan cosas por hacer acá…
Es raro, de verdad nunca pensé que iba a decir ésto... pero hay que ser honestos, y decir las cosas como son. Desde este fin de semana, siento un nuevo respeto por el Sr. Rick Astley.
Esta semana me he enterado que el Metro de Santiago cumple 40 años. Y debo confesar que, como habitante de esta ciudad (que no es lo mismo que decir Santiaguino, ojo!), siempre he tenido un cariño y un respeto especial por el Metro. En una ciudad sucia y ruidosa, desordenada, sin definición, sin un ícono, que a ratos me gusta, que a ratos odio, el Metro pasaba a ser algo especial, lo que la distinguía, lo que la hacía querible. Limpio, eficiente, moderno, era un lujo recorrer el tramado subterráneo. Siempre recuerdo haberme sentido como huaso la primera vez que conocí la recién inaugurada Línea 5, por allá a fines de los 90s. Miraba asombrado las estaciones, los carros nuevos, casi volando por el novedoso tramo en altura… era una cosa impresionante, me sentía en el futuro (o en Alemania, no sé… cualquier parte, menos Chile)
Todos sabemos que eso se acabó hace un par de años con el Transantiago. El sistema colapsó, y se tuvo que recurrir a medidas extremas para mantener el nivel de servicio: asistentes de anden (los famosos jedi), recorridos express, alargar su horario de atención, etc. Y aunque han servido en parte, todos sabemos que no es lo mismo: el Metro se chacreó. Ya no está tan limpio, ya no es tan cómodo, ya no es tan amable, la joyita ha perdido parte de su brillo. Pero uno igual le tiene cariño. Sigue siendo especial, sigue siendo lo mejor de Santiago.
Por lo mismo, me ha gustado conocer parte de su historia en los reportajes de los noticieros. Ver las imágenes de archivo, con el tajo gigante en la Alameda mientras lo construían, ver cómo reaccionaba la gente en su inauguración, conocer las anécdotas varias que un proyecto de esta naturaleza implica: los trazados originales, la estación fantasma, la eterna interrogante de qué pasó con la Línea 3, los suicidios, los partos, la mantención de los carros, los objetos perdidos, etc. De verdad cuesta creer que hayan pasado 40 años, y que sigamos usando los mismos carros, funcionando impecables.
Producto de todo esto, algo especial me pasa con los metros; siento una fascinación indescriptible por los trenes subterráneos. Donde voy, la ciudad que sea que tenga metro, me siento obligado a conocerlo. Tengo que subirme. Es una tontera, pero me gustan los metros. Y claro que uno hace la comparación – casi obligada – con el de Santiago, y es rico darse cuenta que no estábamos tan mal, que nuestro metro era de lo mejor, que íbamos en la dirección correcta, que alguna vez se hicieron las cosas bien. De no haber sido por un accidente mayor como el Transantiago seguiría siendo el regalón de la ciudad. Con una línea más, paralela a la Línea 1, y algunas mejoras, como tarifas semanales y mensuales (en vez de estar cargando la Bip a cada rato) mejores accesos, y señalética adecuada, creo que estaríamos de lujo. A nivel mundial.
Ojalá se pueda dar, volver a hacer del Metro algo único, de lo que nos podamos sentir orgullosos. Como alguna vez lo fue.
A continuación, algunas fotos de mi colección personal-freak de metros del mundo
Estimado Sr. Farkas (o cualquiera de mis amigos con dinero para despilfarrar) De verdad me haría muy feliz - bueno, no sé si tanto como éso, pero de seguro me alegrará un par de tardes - si se rajara con alguno de éstos discos, cualquiera, lo que sea su cariño... ahora si son los 2, p´ta que sería la raja... es que son de ésas películas que no se encuentran en la cuneta, no llegan al cine, y con cueva Cinemax las transmite a las 7:00 A.M. (nadie puede!) Yo creo que mejor me compro un VHS (si es que existen aún) y la dejo grabando... es la mejor opción (léase como mejor=barato) 1000% recomendable. Cagaderos de risa al por mayor. Garantizado.
Increible como pasa el tiempo... ya se fue el 18 (la barrera psicológica-temporal de los chilenos) y se nos viene la Navidad (si no creen, vayan a darse una vuelta a cualquier Lider). Mi 18 fue bastante fome, y podría decir que casi ni lo disfruté como debía, puesto que me tocó hacer una tarea que me tuvo trasnochando el 19, 20 y 21 de septiembre. Con cueva me comí un choripán y un vaso de chicha, porque pa más remate la alergia primaveral que tiene a medio Chile cagado me tenía con la nariz hecha pedazos, y tomando remedios. Todo mal.
Pero bueno, ya eso es pasado, ahora sólo me concentro en aperrar y aguantar hasta diciembre, terminar todo lo pendiente, y cerrar de manera digna este 2008. Me imagino que se me viene harta pega, porque cada fin de año la cosa se relaja un poco, y a mis jefes se les empiezan a ocurrir "ideas brillantes", que impican destrezas del tipo "adiviname el pensamiento" o "quiero algo como éso, pero hazlo de tal forma que no parezca éso". Luego llega enero, y dejar todo listo para las vacaciones, febrero que se hace nada, y comenzamos de nuevo... Lo que me tiene contento es que octubre, que siempre se me ha hecho eterno, fome y apestoso ha sido una seda este año, demasiado piola. Esperemos que siga asi por los próximos días. No cuento mucho, porque la rutina me tiene en cualquier parte, pero como decía, no ha sido tanto tampoco, y cuando he estado a punto de colapsar, siempre he sabido hacerme un tiempito para hacer algo que me guste. Es la única forma, hay que parar de vez en cuando. Por lo general, aprovechando los escasos ratos que tengo con mi familia. Ya ni siquiera estoy saliendo tanto. Espero corregir eso, ahora que el clima mejora, y los días duran más... jajajajaja...
Casi lo olvidaba, aunque nada que ver con Chile o algo parecido, creo que lejos lo más destacable que he podido ver por la tele/PC/youtube han sido las imitaciones de Sarah Palin que hace Tina Fey en Saturday Night Live... qué manera de cagarme de la risa...es demasiado burdo, pero chistosísimo. No sé si yo a estas alturas estaré muy atrofiado por años y años de exposición al humor gringo, pero de verdad creo que son sketches notables. Muy recomendable. Y muy merecidos los 3 Emmys para la Fey, por lo demás. Como diría una amiga, le adoro.
La queja del mes se la estaría llevando radio Zero... córtenla con Soda Stereo, U2 y Radiohead... hay más artistas en el mundo! Dejen de tocar lo mismo a cada rato.
Acerca de la temporada de liquidaciones Invierno 2008, debo decir que me pareció un fiasco. Un tongo monumental. ¿Qué pasó? ¿Es que de un momento a otro todo Chile adelgazó? (Uno que anda en transporte público sabe que eso NO es verdad… porque puta que hay guatones! Es increíble!... y p´ta que estorban, pero ese es otro cuento…) De otra manera no me explico que tratar de comprar un par de pantalones talla 44 sea una misión imposible… ¿cómo es posible que no existan en ninguna tienda? EN NINGUNA, porque recorrí varios locales de todas las multitiendas a mi alcance. ¿Cómo se entiende que sólo quede ropa del 50 pa´rriba? Uno sabe que por algo es ”liquidación”, pero esto me pareció un insulto, sencillamente incomprensible.
En fin, penca y todo, igual me las arreglé para darme un gusto esta temporada, y aproveché de comprar un par de chaquetas bien baratas (pero al chancho!). Es que soy un balazo para las liquidaciones, las hago zumbar. Son requisitos obligatorios mucha paciencia y una voluntad inquebrantable, para seguir buscando aquella prenda que uno sabe que está “más allá”; es la única forma. Y yo tengo de ambas. Unos zapatos hechos por la NASA, para hacerse cagar caminando, tampoco vienen mal. Pero creo que, a pesar de no encontrar lo que necesitaba, igual tuve cueva. Y harta. Lo que compré este invierno no lo encuentro jamás al precio que pagué.
Como dato rescatable, puedo comentar que por fin - después de varios intentos - vencí a mi tienda maldita, FES. Las veces que he querido comprar algo ahí (que no pasa seguido, pero de vez en cuando tienen cosas decentes y uno se tienta), nunca he podido. Que no hay de la talla, que no hay en negro, que el de la vitrina es el último que nos queda (y está roto), que ése no está con descuento, etc, etc. Hasta que por fin gané, y me compré un abrigo que venía joteando desde el año pasado. Y me pude regodear, porque había mucho de donde elegir: distintos modelos y colores. Asi que elegí uno bonito, estudiado con lupa, con un 50% de descuento. La raja.
Es bueno volver de vez en cuando, aunque sea a sacar las telarañas. Es que en el último tiempo me han pasado varias cosas, corro de un lado para el otro, y cada vez tengo menos tiempo. Haciendo un repaso corto de lo que ocurrido desde marzo podría decir que… 1.- No he podido sacarme el síndrome post vacaciones. Es como esa historia del cerdo que conoce Paris, y al volver a la granja, se deprime. Bueno, yo soy como el cerdo. No lo culpo. No hay nada qué hacer, Europa es lo máximo. Paris es demasiado bacán. Y Londres. Y Hamburgo. No hay nada qué hacer, no hay cómo ganarles. Por ejemplo, al rato de volver a la triste realidad, a mis viejos se les ocurrió ir a la playa por el día, a comer mariscos a San Antonio. Lo encontré horrible (bueno, la verdad es que San Antonio siempre ha sido más bien feíto, no me vengan con cosas). El contraste era demasiado brutal. Nos faltan décadas de décadas para llegar a ser siquiera una mala copia.
El cerdo que extraña Paris...
2.- Por una serie de razones que se hace largo enumerar, hace unas semanas decidí comprarme un PC nuevo. Y claro, lo primero que uno hace es cotizar, porque una inversión asi no se hace a ciegas. Pedí muchos presupuestos, a través de los típicos formularios que aparecen en los sitios web de las tiendas, o a través de los correos electrónicos de la gente que se supone es “ejecutivo a cargo”. No pasó mucho. Con cueva, habré recibido el 35% de lo que pedí. Lo encuentro el colmo. ¿Para qué mierda publican formularios si no funcionan? Y si funcionan ¿Por qué los “ejecutivos” no responden? ¿Cómo pretenden hacer negocio?. Al final, hice como mi padre cuando compraba los útiles escolares: configuré el equipo a mi gusto, lo anoté detalladamente en un papel, fui a la tienda que más me tincó y al primer huevón que vi, le dije “quiero ésto”. Rápido y directo.
3.- Las radios cada vez me decepcionan más. La programación radial está horrible. Podría decir que soy un viudo de la Concierto, la de hace unos 6 años. No ese engendro que existe ahora. ¿Hasta cuando con la huevadita de los 80s? Ya, está bien, estuvo bueno por un rato, fue novedoso y todo eso, pero ¿seguir pegado eternamente? Las tandas de temas ya me las sé de memoria; puedo adivinar perfectamente qué tema viene después que el que está sonando. A ratos, al escuchar los especiales de la noche, como que quiere volver a ser lo que alguna vez fue, pero no dura mucho esa intención y volvemos con la misma tanda de temas que sonó ayer, y antes de ayer, y antes de antes de ayer. Así no se puede. (Al menos, monótona, pegada y todo, es mejor que la Universo, que sale con cada bodrio, con la excusa que es ochentero…) 4.- Facebook me provoca sentimientos encontrados. Si bien abrí la cuenta sin entender mucho, me he entretenido con la tonterita. Y no sólo eso. De a poco trato de darle el uso para el que fue creado, convertirlo en una red social. Es asi como me he encontrado con sorpresas, como que un par de ex compañeras se han casado, y que otra está viviendo en Nueva Zelandia. Pero también me llama la atención – y me preocupa, derechamente – el tema de la confidencialidad de la información publicada; han surgido un montón de artículos y opiniones al respecto, y no hay nada muy claro (no cuesta nada convertirse en un excelente psicópata, pero ése es otro cuento…)Y lo otro que encuentro complejo, por decirlo de alguna forma, es el hecho de encontrarse de golpe y porrazo con gente que, por cualquier circunstancia, uno ha dejado atrás. Y a veces es gente con la que uno no quiere volver a relacionarse. ¿Cómo se hace para estar en contacto con X, si X tiene en su lista a Z, que me cae mal?En fin, el tema es raro, sobretodo en mi caso, que siempre he tratados de mantener los “mundos” separados y no mezclar ambientes, y ahora resulta que puedo ver en qué estan amigos que tengo desde los 8 años y gente con la que compartí las vacaciones hace un par de años en la misma página. 5.- Prosigue mi incansable búsqueda de un bar que reemplace al Basso y su insuperable pollo al pil pil, cosa bastante más difícil de lo imaginado en un principio. Hace un par de semanas, sábado por la noche, fuimos con la gentil señorita que acompaña mis días a un local de nombre impronunciable, que sin embargo, tenía buen aspecto: espacioso, con ventanales amplios, iluminación piola, precios razonables. Hasta ahí todo bien. Se derrumbó todo en un segundo al comprobar que no tenían nada de lo ofrecido en la carta. Nada de nada. Estuvimos más de 25 minutos esperando una miserable pizza (que era lo único que había, y ni siquiera sabíamos de qué era, porque la iban a armar con lo que tuvieran a mano), cagados de hambre, mirándonos las caras. De no ser porque todos los locales de Manuel Montt estaban llenos, y salir de ahí hubiese significado empezar toda la espera en otro local, nos habríamos ido de una. Asi que Acinonyx, nunca más. Descartado.
Otra versión, más detallada, puede leerse acá. 6.- Me tiene bastante inquieto la ola de paros de las últimas semanas. Veo mal la cosa. Los estudiantes, los profesores, los camioneros, los choferes del Transantiago… ya es como mucho. Todo se encarece. El petróleo sube, la electricidad sube, el pan sube, el arroz sube, las verduras suben, y queda la sensación de que va a quedar la cagada en cualquier segundo. Ojalá no pase nada, pero ya es como demasiado. No lo voy a negar, me asusta el panorama actual. Y mientras más veo noticias, más me da el síndrome post vacaciones.