Es verdad. La pura y absoluta verdad. Tanto así que si yo tuviera que volver a un solo lugar de Canadá, iría a Québec... de todas maneras. Porque si Toronto es “gringo”, Québec es Rusia, Praga y Francia al mismo tiempo... europeo total. Puentes, iglesias y construcciones antiquísimas, de ladrillo y adoquín, en perfectas condiciones le dan un aspecto muy atractivo al centro de la ciudad. Si estar en Toronto es como estar en una película, de esas que uno ha visto mil veces, estar en Québec es como estar en un pueblo de ésos de cuento... sensación que se acentúa con la nieve reinante (es bastante más frío que Toronto). En un momento llegué a pensar que la Navidad, esa Navidad que uno siempre vio por la tele, y que nunca creyó que existía, la de los renos, la nieve y todo eso, se había estancado en este lugar. (Si hasta había una juguetería llamada Boutique de Noel!)
El pastel que escribe en una de las habitaciones temáticas del Ice Hotel
Lo que si debo decir es que si alguien quiere hacer este recorrido en febrero es necesario ir muy equipado, llevar mucha ropa, bufandas, guantes y calcetines extra, porque de verdad hace más frío que la cresta! En todo el tiempo que estuve en Canadá, nunca me cagué tanto de frío como en Québec... nieve, mucha nieve, veredas resbaladizas, agua y hielo que entra por los zapatos, las manos moradas y no sentir los pies... el set completo! (aclaro que la lluvia con viento que experimenté en Montreal tampoco se la recomiendo a nadie). A la gente que habita acá parece no importarle mucho, y aplican eso de al mal tiempo, buena cara... pero realmente me sorprendió ver la cantidad de nieve acumulada sobre las aceras de las calles y los techos de las casas... eran cerros de nieve, y apenas despejaban lo necesario para abrir la puerta principal de las casas o para sacar el auto.
Me acordaba de mi gira de estudios, cuando fui al sur en bus, hasta Puerto Montt. Recuerdo que, cuando iba llegando a Temuco al amanecer, me asombró lo verde del paisaje... pasto largo, que se mecía con el viento, árboles por millones, verde, verde, todo verde, y los tonos amarillentos del sol hacían que todo se viera aún más verde... El trayecto hacia French Canada era igual, sólo que en blanco... blanco, blanco, todo blanco... nieve por todos lados, lagos congelados...granjas como salidas de Smallville perdidas a lo lejos, rodeadas de nieve y más nieve. El trayecto en bus es largo, y para que no se haga tan pesado, ponen las típicas películas piratas en VHS... ¿cuál fue la elegida? “El Día Después de Mañana”... y no es chiste!
Continuará...
5 comentarios:
insisto, lo pasaste malito por estos lugares..........jajajajaj
y si verdad, no me gusta naiiita el trabajo de la niña, jajajaja
pero ya pronto habra cambios.
cuidate mucho chau
andrea
el tiempo esta mejorando ;P
Yo tb adoro la nieve y el blanco, tienen su encanto... porque hay que mantener el calor COMO SEA!!!
Que lindo viaje, se nota que aún tienes esas imágenes en tu retina... te cuento un secreto? nunca se te borrarán...
Saludos,
Pepinot
Mi sueño es pasar una Navidad con nieve :(
MALDITO HOLLYWOOD!!!! (AGGGGG!)
Y la tienda era atendida por Rodolfo???
hola! la verdad es que cuando nos recomiendan un lugar es mejor no hacerles mucho caso, ya que la visión es muy subjetiva y pues nosotros podemos pensar otra cosa, pero lo importante es que te la pasaste bien.
PD: (buenas fotos)
Qué buena tu descripción y excelentes las fotos. Los museos q mencionas me suenan muy interesantes, pero sí, los lugares q llaman la atención hay que recorrerlos con calma hasta regodearse... y es demasiado apestoso que te anden arriando contra el tiempo, no lo aguanto mucho tampoco (y vamos sumando mañanas!). También he oido hablar de ese hotel y de verdad me gustaría verlo algún día (te ves re-cómodo en la foto jaja)...
Lo mejor de todo: no puedo creer q hayan puesto precisamente ESA película en el bus... me maté de la risa! (pobre, no te sugestionaste un poco?)
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